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domingo, 25 de marzo de 2012

30 de abril de 2.016, ceremonia con híkury en Tilauyapa

 

Matziwa es un Hombre de Conocimiento perteneciente al pueblo wixárica. El nos guiará en el temazcal y durante la ceremonia. Su pueblo, los wixaritari, realizan una peregrinación anual al desierto de Wirikuta, donde recolectan el híkury. Su trabajo con ésta planta maneja conocimientos conservados durante milenios, y experimentados por muchas generaciones. Cuando los occidentales comenzamos el aprendizaje con ella, experimentamos una enorme transmutación energética, que nos lleva a cambiar poco apoco, espontáneamente, todo lo que nos perjudica en nuestras vidas. El híkury es una medicina. Es una toma de contacto con lo sagrado en la que nos existen intermediarios. Y es un viaje a través de la naturaleza hacia el centro de nosotros mismos. 

CONTACTAR :  yukavima@hotmail.com


        Eli

jueves, 22 de marzo de 2012

Costumbres e ideologia de los wixaritari

Desde principios de 2.010 la antropóloga Yukávima “traduce” las costumbres e  ideología a un lenguaje comprensible para los occidentales.
El resultado de éste trabajo ha tomado la forma de una conferencia, expuesta recientemente en centros holísticos, como el Ecocenter de Tarifa, Alegría de Chiclana, y Gaia Madre Tierra de Algeciras. Su contenido es el siguiente:
· Instituciones wirraritari.
· Los Centros Ceremoniales.
· La Peregrinación al desierto.
· Cosmovisión.
· Elementos femeninos y masculinos.

Este esquema antropológico, básicamente racional,  ayuda a los asistentes a enraizarse, para penetrar en la increíble belleza y profundidad del pensamiento wirrárica. La conferencia es gratuita. Los ponentes son Matziwa y Yukávima. Desean compartir su información, y están interesados en contactar con Centros donde puedan impartir ésta charla.

jueves, 1 de marzo de 2012

Los wixaritari

Los wirraritari, también conocidos como huicholes, habitan la Sierra Madre Occidental, paralela al litoral mexicano del Océano Pacífico. Esta sierra está formada por un conjunto de cadenas montañosas, separadas por angostos valles y barrancos. A la altura del estado de Nayarit, un eje volcánico la corta transversalmente, complicándo aún más la orografía y produciendo un intrincado laberinto de montañas. Al oeste de la sierra se encuentra el litoral, formado por llanuras tropicales. Al este, se extiende un vasto desierto.
El territorio wirrárika se ubica principalmente en los estados mexicanos de Jalisco, Nayarit, , Zacatecas y parte de Durango. En el estado de Jalisco habitan tres Comunidades: San Andrés Cohamiata (Tateikie), Santa Catarina Cuexcomatitián (Tuapurie), y San Sebastián Teponahuaxtlán (Wautia). En el estado de Nayarit, se encuentra la Comunidad de Guadalupe Ocotán, (Xatsitsarie).
Cuando se establecieron los límites políticos entre Nayarit y Jalisco en 1917 no se tomó en cuenta la unidad otorgada a los asentamientos wirraritari. Por esta razón tres de las Comunidades se encuentran en Jalisco y una en Nayarit.
Los wirraritari se autodenominan wirrárika, “la gente”. Su lengua pertenece a la familia yuto-azteca, emparentada con la de sus vecinos coras y tepehuanos, y con las de otros pueblos del suroeste de Estados Unidos, como los pima, los pápago, los yaqui, y los pueblo. El cora y el huichol forman un subgrupo dentro del grupo sonorense de la rama meridional. Los wirraritari, para designar a su propia lengua utilizan la expresión “tewi niukiyari”, que significa “palabras de la gente”. La lengua wirrárika contiene importantes préstamos del náhuatl y del español. 
En todo México viven 11.363 personas que hablan la lengua wirrárika. 10.605 de ellas residen en el territorio propiamente wirrárika, (la Sierra Madre Occidental y zona costera de Nayarit). 8.697  de estas personas son mayores de cinco años, y un 50% son mujeres. Un 9% de los hombres habla solamente la lengua wirrárika, mientras que ese porcentaje es del 13% en el caso de las mujeres.

ANTECEDENTES HISTORICOS

 
En la época prehispánica, los wirraritari habitaban en la mítica región de Caxcana, que se extendía por la costa del Pacífico, entre Nayarit y Sinaloa. Su presencia constatada en la Sierra Madre Occidental se remonta al año 200 d.C., y se cree que descienden de grupos seminómadas provenientes del noroeste del continente americano. Su sistema de organización social recuerda mucho más al de confederación de tribus que existió en norteamérica antes de la llegada de los europeos, que al de los de los imperios mesoamericanos maya y azteca.
La utilización ritual del peyote es un hecho cultural compartido entre los wirraritari y algunos pueblos indígenas norteamericanos, como los Navajos, o los Lakotas. Entre éstos últimos ésta tradición se ha mantenido durante el último siglo, creando la Iglesia Nativa Norteamericana. Los descubrimientos arqueológicos han revelado la presencia de botones de peyote que tienen más de cuatro mil años, en refugios de piedra y cuevas de Texas.
Según testimonios etnográficos y arqueológicos, los wirraritari recibieron también una marcada influencia tolteca. La historia ubica a los toltecas en el periodo que va del siglo IX al XII. Hacia finales del S. XII, la ciudad de Tula fue abandonada y los toltecas se desintegraron, dispersándose por diferentes regiones de Mesoamérica. A partir del S. XII, por influencia tolteca, los mayas alcanzaron la cumbre de su civilización. También de población básicamente tolteca se fundó la ciudad de Aztlán, de donde proceden las doce tribus que fundaron México Tenochticlán, dando origen al pueblo azteca. Un tercer grupo procedente de la antigua Tula se asentó en las inmediaciones de Nayarit y Sinaloa, fusionándose con los wirraritari.
Al parecer, el pueblo wirrárika mantuvo una vida independiente de los grandes imperios prehispánicos. El nombre “huichol” les fue dado de forma despectiva por los aztecas antes de la conquista española.
Durante el periodo de la Conquista, las tropas españolas que incursionaron en el territorio wirrárica estuvieron comandadas por Nuño de Guzmán, quien atravesó el estado de Nayarit en su recorrido hacia el noroeste, dejando a su paso una estela de destrucción. A pesar de ello, la sierra nunca fue conquistada.
Los wirraritari se replegaron sierra arriba, lo que fue otro factor más determinante para su aislamiento, y para su fuerte resistencia cultural . Los alrededores de la Sierra Madre Occidental se poblaron durante la última década del siglo XVI y principios del XVII. Los pueblos de Colotlán, Mezquitic, Huajimic, Huejuquilla y Tenzompa fueron fundados por los españoles al pié de la sierra, como fronteras para delimitar el territorio conquistado.
En el S. XVII, algunos misioneros jesuitas llevaron a cabo intentos de evangelización, pero los wirraritari opusieron una férrea resistencia a la penetración del Cristianismo. En el siglo XVIII los franciscanos llevaron a cabo nuevos intentos, con resultados parecidos.
Tras la Independencia Mexicana, la sierra fue escenario de una reorganización en la distribución de la tierra, debido a las leyes de desamortización. La rebelión de Manuel Lozada, el “Tigre de Álica”, recibió el apoyo de algunos wirraritari. En 1887 el gobierno porfirista intentó nuevamente deslindar las tierras, lo que provocó enfrentamientos entre las propias comunidades. La Revolución trajo un periodo de violencia a la sierra, que fue escenario del paso de distintos grupos armados. Aunque los wirraritari no se aliaron a ningún bando en particular, la situación se tornó caótica.
Retirados a sus montañas inaccesibles, los wirraritari han conservado hasta nuestros días intactas sus creencias y tradiciones. Durante la última década del S. XX, el etnólogo danés Carl Lumholtz se adentró en la sierra y realizó los primeros estudios etnográficos sobre los wirraritari. Ningún antropólogo pudo asistir a su ceremonia de peyote hasta 1.960. 
Actualmente, siguen defendiendo sus tierras de las constantes invasiones de los mestizos, quienes ejercen una fuerte presión para apoderarse de los recursos de su territorio. De los 56 grupos indígenas que hoy día viven en México ninguno ha logrado mantener con mayor pureza sus costumbres e ideología.
 

ORGANIZACION SOCIAL

 
El gobierno Wirrárika constituye un ejemplo de flexibilidad, disciplina, tolerancia y apertura a los otros, al mismo tiempo que de fidelidad a lo propio. Muchos wirraritari opinan que cuando los mestizos llegan a sus tierras, ofreciéndoles mejoras de todo tipo, “es porque quieren algo”. Sin embargo, han comprendido que el gobierno y sus leyes les abren posibilidades de obtener justicia y respeto ante las transgresiones, abusos e invasiones.
Han logrado conjuntar la forma de pensar de dos mundos distintos, que por necesidad se vuelven complementarias: la lógica del gobierno, que les permite relacionarse con el resto de la nación mexicana, y su organización tradicional.
En la base de su sistema de organización tradicional siempre está la comunidad entera, que opina y participa de manera constante, asumiendo como propias las responsabilidades de impartir justicia y de gobernar. En cuanto a sus leyes, están contenidas en “El Costumbre”, son explícitas, conocidas por todos y se transmiten oralmente de generación en generación.
Por otra parte, en la legislación nacional, contenida en las Constituciones estatal y nacional, existen acuerdos puntuales, que permiten a los wirraritari, así como a los coras y tepehuanos de Jalisco y Nayarit, tener ciertos permisos especiales, como el de portar armas para la cacería del venado y el de llevar con ellos peyote para las ceremonias rituales.

INSTITUCIONES Y CARGOS WIXARITARI

 
Los wirraritari poseen instituciones coordinadas con los organismos oficiales de la república mexicana. Pero también tienen otras que se ocupan exclusivamente de asuntos propios de su tradición, con unos objetivos y metodología completamente ajenos a los de los organismos oficiales.
 
Consejo de Ancianos
 
Es la máxima autoridad wirrárika. Sus miembros discuten y deciden sobre los asuntos públicos, (la economía, el gobierno, la administración, la transmisión de la cultura, la educación o los niños), desde el prisma de lo sagrado.
Se reúne cada tres meses al aire libre, rotando el lugar de la comunidad donde se celebra la reunión. Está compuesto por hombres y mujeres de avanzada edad, aunque en algún caso especial se ha elegido a personas de mediana edad, que destacaron por su sabiduría e impecabilidad y por su trayectoria personal. Los miembros del Consejo de Ancianos a menudo han desempeñado otros cargos públicos. Pertenecen a éste organismo todas las personas que han desempeñado o desempeñan los cargos de Gobernador, Comisariado de Tierras Comunales, y los cuatro jefes Jicareros del Centro Ceremonial.
Ser miembro del Consejo de Ancianos es un cargo vitalicio. En el año 2.005 el número de miembros era de 64 personas, en 2.010, de 90 personas. En 2.012, la cantidad de miembros se ha fijado en unos 100. Cada año los Kawiteros eligen unas 8 o 10 nuevas personas que se unen al Consejo de Ancianos.
 
Kawiteros
 
Son los encargados de soñar cuales son las personas idóneas para desempeñar los principales cargos públicos. Todos ellos se reúnen para compartir y analizar sus sueños, y forman parte del Consejo de Ancianos.
 
Tatohuani
 
Existe un espacio público conocido como “gubernancia”. Está presidido por un Gobernador Tradicional, que, siguiendo la etimología náhuatl, se llama Tatohuaní. Su función es velar por la tranquilidad de su gubernancia y fomentar la convivencia. Cuando surge alguna disputa, funciona como árbitro, facilitando los entendimientos y acuerdos.
El Tatohuani atiende las relaciones de su comunidad con el exterior, lo que siempre ha significado la defensa de la integridad del pueblo wirrárika ante invasiones y abusos de todo tipo. En 2.009, los wirraritari frenaron el intento de la Administración Central de construir una carretera atravesando su territorio. Desde 2.010, las tres comunidades wirraritari unidas luchan contra las concesiones que el gobierno mexicano ha otorgado a compañías  mineras canadienses, en gran parte del desierto de Wiricuta.
El Gobernador Tradicional es una figura reconocida por los usos que dicta el Costumbre y también por los sistemas del Gobierno Central. Su poder proviene de un acuerdo social, pero también llega desde la dimensión de lo sagrado. Recibe su poder del Padre Sol, a través de Itzí, su Vara de Mando.
El Tatohuani debe reunir características singulares. Tiene que conocer las tradiciones que constituyen el Costumbre, y debe distinguirse por su dedicación, por la confianza que inspira y por el respeto que le otorga la comunidad. Debe tener solvencia económica, ya que no recibe salario alguno por su trabajo. También necesita tener facultades para la oratoria (una característica altamente valorada en ésta cultura, eminentemente oral), así como saber escuchar, tener buen carácter y poseer experiencia en la vida comunitaria. Para ser gobernador es necesario haber trabajado antes en otros siete cargos gubernamentales, permaneciendo un año en cada uno de ellos.

Tupil
 
Es un agente de policía local. Como cualquier wirrárica que desempeña algún cargo, es portador de un bastón de Palo de Brasil que se considera “su arma”, aunque el significado de ésta palabra es diferente que el que le otorga la cultura occidental, cuando entrega a los policías sus porras o pistolas. Los wirraritari consideran que los bastones de mando poseen poder, por lo que infunden respeto.
Las funciones de los tupiles son similares a las de nuestros policías: mantener el orden público, y detener a los transgresores, que en ocasiones pasan un tiempo en prisión, o “cepo”. Allí se sujetan los pies de los detenidos entre dos grandes maderos con un hoyo en el centro, para que no puedan escapar. Durante los días que permanecen en el “cepo”, los presos no tienen libertad de movimientos ni siquiera para hacer sus necesidades.
 
Harikate
 
Es un juez. Asesorado por el Consejo de Ancianos y por el Tatohuani, resuelve algunos casos penales, como robo, adulterio, violencia doméstica, daño a la propiedad ajena, o escándalos. Estos casos se persiguen, juzgan y sancionan de acuerdo con el Costumbre.
Los wirraritari han establecido con el Gobierno Central acuerdos, según los cuales, cuando las transgresiones suponen delitos federales, como narcotráfico, homicidio, o evasión fiscal, la justicia se imparte en vinculación con los órganos de justicia y gobierno nacionales. En éstos casos la figura que imparte justicia es el Municipio.
 
Halguacil
 
Es el guardián de Itzí, la Vara de Mando del Gobernador, y el único que puede tocarla. Itzí es una vara de palo de brasil de más de un metro de altura.
 
Tatohuani Segundo
 
El Gobernador Segundo es un ayudante del Gobernador. Reúne a las autoridades cuando tienen que trabajar juntos. No sale nunca de su territorio. Cuando el Tathuoani tiene que asistir a reuniones en otros estados o en la capital, el Tatohuani Segundo dirige las reuniones, ceremonias, cacería o fiestas que deban celebrarse en ese momento.
 
La Asamblea General
 
Es un órgano de decisión participativa. Todos los wirraritari, hombres, mujeres y niños pueden asistir a sus reuniones. Por votación universal, eligen cada tres años un Kiegariseyeme, (Comisariado de Bienes Comunales), un secretario y un tesorero, con sus respectivos suplentes, que asumen la responsabilidad cuando los titulares no pueden completar su mandato.
La Asamblea General se celebra tres veces al año, cada cuatro meses, aunque también se pueden convocar reuniones extraordinarias. Dura tres o cuatro días, en los que se deben analizar, discutir y solucionar todos los asuntos pendientes:
La Asamblea General dura varios días. En ella se analizan entre todos los asistentes los pleitos entre vecinos, a los que necesariamente debe encontrarse una solución. No se puede terminar una Asamblea General sin arreglarlos.

ESPACIOS PUBLICOS PARA LA ACTIVIDAD SAGRADA

 
Los Tukipa
Son espacios públicos al aire libre. Miden unos cinco mil metros cuadrados, y están cercados por un muro. En  ocasiones se congregan en ellos unas dos mil personas. Dentro del Tukipa hay unos cuarenta pequeños templos. En cada uno de ellos se realizan ceremonias dedicadas a cada uno de los elementos en particular.
 
Tuki
Es el templo principal del Tukipa. La puerta de entrada está situada hacia el oriente. Hay dos perforaciones a los lados de la entrada, que reciben los rayos del sol en los equinoccios.
El suelo del Tuki es de tierra. Los muros son de piedra y barro, y está cubierto con un techo cónico de paja. Su altura es de 6,40 m. y la anchura de los muros de 30 cm. Dentro hay dos postes de madera de pino, sujetando una viga superior, que a su vez sostiene otras de 9 a 10 m. de longitud.
En el suelo se colocan cinco discos de piedra llamados Tepari. Miden unos veinte centímetros de diámetro, y se sitúan en los lugares correspondientes a los puntos cardinales.
En el centro del Tuki se mantiene una hoguera encendida de forma permanente. Es Tatewarí, el Abuelo Fuego. Frente a Tatewarí, mirando hacia el oriente, se sientan los cinco jefes wawaite.
Dentro del Tuki los wirraritari ocupan diferentes lugares alrededor del muro, dependiendo del rol que desempeñan en su comunidad. Estos lugares corresponden a las direcciones el mundo. En el poniente están las mujeres. En el sur, se sitúan las autoridades gubernamentales. El centro queda libre para desarrollar las actividades sagradas.

LA ACTIVIDAD SAGRADA: LOS WAWAITE

 
En cada Tukipa viven de forma permanente un grupo de venticinco a cuarenta personas. Son los Wawaite, también llamados Jicareros. Cada uno de ellos encarna a uno de los elementos sagrados, y está encargado de custodiarlo y mantenerlo.
Los Wawaite pueden ser indistintamente hombres o mujeres, y pueden tener cualquier edad. Su cargo dura cinco años de dedicación exclusiva.
El desempeñar el cargo de Jicarero se considera una gran oportunidad para aprender sobre los asuntos sagrados, pero también como un trabajo muy duro. 
Los Wawaite son autosuficientes y tienen que gestionar su propia manutención. Además, su labor diaria es muy exigente.
Los Wawaite deben limpiarse por medio del sacrificio, enfrentándolo voluntariamente. Las pruebas se consideran un camino de aprendizaje. Para muchos lo más difícil es cumplir con las reglas de austeridad: Aguantar las noches sin dormir o “desveladas”, las danzas que a veces duran hasta tres días seguidos, o sufrir durante las peregrinaciones al desierto la sed, el polvo, las espinas, el calor y el frío.
Sabemos por los informes de Fray Bernardino de Sahagún, que los aztecas llamaban “Toltecayotl” al conjunto de ciencias y artes, y “tolteca” al hombre de conocimiento, al sabio. Según el anti-antropólogo mexicano Víctor Sánchez, los wirraritari comparten con los toltecas el interés por el conocimiento, y ciertas formas específicas de buscarlo: marchas de poder, trabajos de recapitulación, y ejercicios para parar el diálogo interno, la descripción de sí mismo y del mundo cotidiano, con la intención de penetrar en una realidad trascendente.
Lo cierto es que los Wawaite practican todas estas técnicas, además de algunas variantes propias.
El Tukipa es “una universidad”, donde se puede aprender gradualmente, de forma personalizada, hasta llegar a niveles muy profundos.

COSMOVISION


Los wirraritari, junto a los cora, son prácticamente las únicas etnias mexicanas que cuentan con una población importante que mantiene fuertes creencias animistas, con un arraigo religioso prehispánico y escasas influencias del catolicismo.
Los wirraritari no contraponen sus ideas sobre los dioses a las que tienen otros pueblos. Según ellos, todos los dioses de la tierra nacieron de un mismo dios original, que vive con una misma fuerza, aunque con formas y atributos diversos. “Todos tenemos un solo padre”. La fe de cada pueblo es la que importa, la que da fuerza, forma y sentido a cada religión.
La cultura occidental, al interpretar las religiones prehispánicas, suele caer en el error de creer que sus propias concepciones religiosas son universales. Cuando observa que un wirrárica habla con respeto al sol, piensa que los indígenas consideran a la tierra y el sol como sus dioses. Sin embargo, esos “dioses” son en realidad los elementos de la naturaleza. Son sagrados simplemente porque los wirraritari perciben el mundo en su conjunto desde una perspectiva o dimensión sagrada, que les permite vivir en armonía con la tierra, la enfermedad, la salud, el trabajo, la fiesta, los nacimientos o la muerte, y sentirse en unidad con un mundo vivo y milagroso.
Cuando un occidental habla de religión, suele referirse a un conjunto de dogmas de fé y pautas de conducta. Pero la experiencia religiosa wirrárica no consiste en creer, sino en ver, en penetrar en otras dimensiones de la percepción y la conciencia. Su experiencia del conocimiento se desarrolla sin libros, ni maestros. 
El antropocentrismo occidental considera a la naturaleza como un cúmulo de recursos que sirven para satisfacer sus necesidades y deseos, y piensa que la “adoración de la naturaleza” es una forma primitiva de religión. Pero los wirraritari no ubican al ser humano como el rey de la creación, ni como el más alto y desarrollado de los elementos de la naturaleza. Es el hombre quien tiene que aprender de la naturaleza, para poder reintegrarse y ocupar el sitio que naturalmente le corresponde en ella. Los wirraritari representan a la energía que rige el mundo como un venado.
Los wirrritari son capaces de recibir los dones de los elementos, porque los conocen y respetan como a seres vivos, lo que les lleva a una actitud de reciprocidad. Los elementos son exigentes. Constantemente piden a las personas ofrendas especiales: flechas, jícaras, estatuillas, retablos o el sacrificio de toros o venados. Las ofrendas son una manera de comunicarse con los elementos, para agradecer los dones recibidos, y para hacer peticiones. Los elementos hablan a las personas a través de los sueños y les avisan de lo que quieren. Al despertar, se debe trabajar sobre lo que pidieron.

Historia del nacimiento de los elementos
 
Los relatos wirraritari sobre el nacimiento de los elementos fueron revelados por éstos a los hombres. Los marakate se encargan de relatarlos a las comunidades, para que la tradición se mantenga viva en la mente, el corazón, las danzas, los rezos y las palabras de su pueblo. Vamos a exponer brévemente parte de la historia del nacimiento de los elementos, puesto que los relatos completos, cuando se transmiten oralmente, suelen durar unas doce horas.
“Cuenta la tradición que en un principio el mundo estaba oscuro, todavía no existían la luna y las estrellas, y no había conocimiento. Hasta que un día, desde el otro lado del mar, llegaron a Haramara los dioses. Al principio todos ellos vivieron en el centro del mar, en la espuma: Takutsy Kiekary Makame, (el planeta tierra), Ekaitewari, (el viento), Mashacuaxi, (el Abuelo Cola de Venado), y Aiwaxuky, (el árbol del viento). Cuando llegó el tiempo del cambio en la tierra, del nacimiento de un nuevo mundo, buscaron que sus rostros fueran descubiertos, porque no se les podía ver, y nombraron a Tatei Arienaka, (la luna), para que con su brillo cubriera toda aquella extensión. Takutsy inventó un tejido hecho de cañas, para que todos ellos se sostuvieran flotando sobre las aguas. Una vez tejido éste tapete, puso sobre él lo más importante de la naturaleza, los animales y las plantas. Hicieron una travesía por el mar, porque querían encontrar un lugar seco, pero todo era agua. Al fin encontraron una roca blanca llamada Wassietemai. Este monolito es el primer objeto sólido del cosmos. Es la morada de Tatei Haramara, Sagrada Reina del mar, que se arroja contra él convirtiéndose en espuma. En Wassietemai se detuvieron y esperaron hasta que bajó el agua”.
Los elementos nacieron en éste lugar, que se encuentra en el Océano Pacífico. De allí salieron a tierra a recorrer diferentes lugares, iniciaron su caminar buscando otros parajes para residir en ellos y fueron señalando sus moradas y lugares sagrados".
 
Los elementos 
 
El pueblo wirrárika trata a los elementos como a parientes, llamándoles, por ejemplo, Padre Sol, Madre Agua, Hermano Venado o Abuelo Fuego. Hay varios tipos de elementos, dependiendo del lugar que ocupan en su genealogía: Tatutsima son los abuelos divinos, Takutsima, las abuelas divinas, Tateima, las sagradas madres, Tamatsima, nuestros hermanos mayores, los espíritus que produjeron las distintas regiones de la tierra, y se convirtieron en guardianes…
 
Elementos femeninos y masculinos
 
El pueblo wirrárika siente el universo compuesto por dos inmensas fuerzas complementarias, pero claramente diferenciadas entre sí: los elementos femeninos, y los masculinos.
La naturaleza de los elementos masculinos y su fuerza son ardientes. No es posible jugar con ellos. Para alcanzar conocimiento trascendente con su ayuda, es imprescindible tener pureza de intenciones y sinceridad a un nivel profundo, dejar atrás toda idea, costumbre, deseo, o atadura, “tener un corazón valiente”, continuar adelante “pase lo que pase”. Los elementos masculinos actúan transformando e iluminando a la persona que conecta con ellos, siempre que anteponga éste objetivo ante cualquier otro. Son considerados peligrosos  porque pueden actuar de forma destructiva cuando se pretende utilizarlos simplemente para obtener ventajas en la vida diaria, resistiendose a la vez a experimentar una verdadera evolución personal.
Los elementos femeninos generalmente se asocian con aspectos más maternales: el agua, el crecimiento, la fertilidad y la multiplicación de plantas, animales y niños. El poder de los elementos femeninos es tan grande como el de los masculinos, y se considera que “van antes” que ellos. 
La clasificación de los elementos en femeninos y masculinos es relativa. Algunos pueden ser a la vez femeninos y masculinos, como ocurre con la triada Peyote-Venado-Maíz. Estos tres elementos son uno mismo, aunque el Peyote y el Venado son masculinos, y el Maíz femenino. Otros elementos no son femeninos ni masculinos, como la Estrella de la Mañana.

Los elementos masculinos
 
Los principales elementos masculinos son Tatewarí, Maspartsica  y  Nacalyá.
Tewarí Tutsí  es el Abuelo Fuego. En épocas remotas, Tewarí ya existía. Se le llama abuelo, porque existe desde siempre. Habitualmente se le representa como un águila de dos cabezas, porque puede verlo todo: arriba y abajo, la superficie de la tierra y el inframundo.
La vida wirrrárika gira alrededor del Abuelo Fuego. Cuando los wirraritari toman decisiones, o quieren discutir asuntos importantes, lo hacen frente al fuego. Los wirraritari hablan a Tewarí de sus asuntos personales con confianza y respeto, y reciben sus mensajes y respuestas. Los marakate son capaces de comunicarse con él con mayor profundidad, y lo consideran su aliado.
Maspartsica 
El nombre común que los wirraritari dan al peyote es híkury. Se trata de un pequeño cactus redondo que crece al nivel del suelo en regiones desérticas. Contiene una treintena de alcaloides. El más activo de ellos, conocido como trimethocsi fenilethylamina, se ha sintetizado bajo el nombre de mescalina.
Los wirraritari recolectan el híkury en el desierto de Wirikuta, y prácticamente todos lo han consumido en alguna ocasión. Pueden tomarlo a cualquier edad, incluso desde la infancia, dependiendo de las señales recibidas. Cada wirrárika decide si quiere consumir híkury, así como la cantidad y el momento apropiados para comerlo. El aprendizaje con ésta planta puede continuar durante toda la vida y tomar diversos rumbos, según la idiosincrasia de cada individuo, porque “es un camino que no tiene fin”.
Tamaspasc es el corazón del Padre Sol, “Tenemos un solo corazón, porque el Padre Sol se convirtió en híkury y lo puso en el desierto para todos”. Tamaspasc es el arco iris. 
El híkury es también el venado, Wamoubiery. Como venado, es fuerte y sutil.
Otro aspecto de Tamaspasc es Wahaury Wamoubiery, “la vela y la pluma”. Vela para ofrendar a los elementos lo que debe ser limpiado. Pluma para volar y conectar con el Cielo. Los cuernos de Tamaspasc se conectan con el águila, y ésta entrega su mensaje al Cielo. Los hombres son transformados por el híkury, y ellos a su vez, modifican el mundo, crean a los dioses.
Tacalya es el Padre Sol. El Abuelo Fuego y el Padre Sol son elementos distintos, y al mismo tiempo, diferentes etapas que coexisten en la evolución de un mismo ser. El Abuelo Fuego y el Padre Sol conversan con frecuencia. Tewarí es el padre de Tacalya. Tewarí y Tacalya tienen poderes asociados.

Nacimiento del Padre Sol

“Los elementos querían crear una luz que alumbrara a todos. Propusieron que fueran escogidos varios niños, para seleccionar uno que recibiera la inspiración divina y entregara a los otros seres la fuerza para la vida. Primero escogieron a los niños más hermosos y adornados. Los fueron arrojando a una hoguera con sus mejores vestidos, y los pequeños se iban convirtiendo en pájaros.
Como no hubo buenos resultados, pidieron que fuera entregado como ofrenda a los dioses Tamatsi Xautarika, un niño pobre e inválido. Sus padres aceptaron, y le entregaron, junto con su hermano menor. El niño fue arrojado a la hoguera con su atuendo pobre, porque era suficiente para cumplir el compromiso. Poco antes advirtió a los presentes que no miraran cuando él saltara a la hoguera, porque podrían enfermarse. Al arrojarse, salieron diferentes chispas, y los que no obedecieron su advertencia contrajeron diversas enfermedades.
El niño se hundió, y comenzó a caminar bajo tierra hacia el oriente, para aprender la sabiduría de la creación. Sus familiares  y los elementos mayores y menores y caminaron detrás de él, formando una procesión bajo la tierra. El niño cambió su nombre por el de Takalya, (nacimiento del gran poder). Todos caminaron hasta llegar a Wakikritenie, la puerta del lugar misterioso, la puerta de Wirikuta. Al llegar allí se reunieron para adivinar el nombre con que deberían llamar al guardián universal que iba a nacer, pero a ninguno se le ocurría. Takalya volvió a advertir que no le debían mirar, pues mientras ocurría el misterio debían tener paciencia.
Takalya empezó a manifestarse mediante un resplandor cerca de la madrugada. Un niño que jugaba gritó “Tunauripa”, (el amanecer). Otro dijo: “Xui, Xui”, y se convirtió en codorniz. A algunos les dio miedo y se fueron a esconder. Esos se convirtieron en serpientes y lagartijas. Otros se pusieron a cantar, y se convirtieron en pájaros. Uno miró de frente al sol, dijo “Tau, Tau”, (rayos luminosos), y se transformó en pavo. Tau es el nombre común, (no sagrado), del Padre Sol. Quedaron así fijados cinco puntos entre el amanecer y el mediodía, y otros cinco entre el mediodía y el atardecer. Su hermano menor le dio el nombre de Taweshika. Shika es el nombre de una cigarra grande, del sonido que emite, y del “sonido del Padre Sol”, que pueden oir algunos chamanes.
Taweshika continuó su camino y subió al cielo, elevándose por los cinco puntos que dejó señalados, para reinar como sol. Entonces fueron nombrados los guardianes y los santos patronos de cada pueblo, las deidades naturales y las deidades animales, que se posicionaron en las direcciones de la tierra: sur, norte, oeste, este, espacio y centro".

EL CONTACTO CON LO SAGRADO: EL MARAKAME
 
Los marakate, (plural de marakame), traspasan las barreras entre el mundo de los seres humanos y el de los elementos y establecen vínculos entre lo profano y lo sagrado, a través de los sueños, danza, música y canto. Comunican con los elementos y transmiten a todo el pueblo información concreta, consejos o conocimientos. Guían, protegen y acompañan a la comunidad en su vida diaria. Pueden ser indistintamente hombres o mujeres. Algunos marakate son “hombres de conocimiento”, y otros son “brujos”.
Los hombres de conocimiento no intentan cambiar la realidad que les rodea, sino que la aceptan y “la enfrentan”, adquiriendo así conocimiento y poder para entrar en la dimensión de lo sagrado. Enfrentar la realidad significa mantener en cada momento un comportamiento impecable, incluso a nivel de los sentimientos y pensamientos. “Si uno hace lo que debe, y no pide nada, los elementos hacen regalos”. Estos regalos se consideran inesperados y de mayor valor que todo que el marakame puediera pedir.
Los brujos utilizan su poder para manejar la realidad como creen más conveniente. Pueden conseguir mucho poder, pero según los hombres de conocimiento, en algún punto de su camino quedan atrapados por sus deseos, sin poder avanzar y alcanzar niveles superiores.
Cuando un marakame empieza a hacerse poderoso, su actividad diaria o su mera presencia beneficia a quienes le rodean. Su comportamiento suele interferir en las acciones de los brujos, por lo que provoca miedos y envidias, y es atacado sin descanso.
La sociedad wirrárica no suele animar a sus miembros o familiares a penetrar en éste ámbito. El iniciante se complica la vida y complica la vida de los demás. Cualquier wirrárica que quiere seguir el camino del chamanismo debe atreverse a cometer una serie de transgresiones frente a su propia Costumbre: aprender cosas demasiado peligrosas, entrometerse en asuntos reservados solo a los iniciados, asumir compromisos imposibles de cumplir, vivir una experiencia simultánea de muerte y renacimiento…
Sin embargo los marakate no se pueden autodeterminar, pues son elegidos por los elementos a través de sueños o de algún otro tipo de señales. Un futuro marakame tiene predisposición a experimentar sueños en los que entra en contacto con los elementos. Cuando tiene cinco o seis años, ya recibe mensajes de ellos en sus sueños. Si va a convertirse en curandero, comienzan a explicarle cómo puede curar a los enfermos. Si el marakame va a ser cantador, en sus sueños puede oír  y aprender los cantos que escucha.
Cuando el marakame crece y alcanza su juventud, confirma su destino al salir victorioso de duras pruebas, diferentes para cada uno, que enfrentará solo. Algunos se convierten en Jicareros, y son guiados durante éste proceso por el híkury. Otros siguen otros caminos.
La figura del marakame se utiliza generalmente como sinónimo de cantador, curandero, jicarero o chamán. Todos ellos son marakate, aunque las diferencias entre sus respectivas funciones pueden ser considerables. 

OBJETOS SAGRADOS

 
Para comunicar con los diferentes espacios que componen la dimensión de lo sagrado, los wirraritari lanzan sus mensajes a los elementos a través de diversos objetos: discos sagrados, jícaras, flechas, plumas…
Algunos de éstos objetos poseen nierika, es decir, son recipientes o espejos que reflejan en la tierra lo que sucede en el cielo, y ayudan al espíritu del marakame a ver lo que ocurre entre los elementos. Se consideran mirillas, a través de las cuales es posible contemplar lo desconocido y acceder al conocimiento. A su vez los dioses contemplan a los hombres través de ellos.
Los wirraritari fabrican una amplia variedad de objetos llamados nierika, como Ojos de Dios, huecos específicos de las casas o de los shiriki, trampas para cazar al venado, máscaras, o tablas votivas. Es posible añadir nierika a las flechas de caza y a las flechas ceremoniales o a los escudos frontales de tela que se usan como atuendo. Los espejos comerciales, que permiten ver el rostro, la imagen, el corazón y los sentimientos profundos, también son nierika.
Otra connotación de nierika es la capacidad de “ver” que tienen algunos marakame, es decir, su poder para percibir la dimensión de lo sagrado reflejada en el mundo cotidiano. En un sentido más amplio, nierika puede ser traducido como uno de los cinco espíritus humanos, que tiene relación con la percepción.

ARTE WIXARICA: LOS CUADROS DE ESTAMBRE

 
Carl Lumholtz, León Diguet, y Robert M. Zing, reunieron las primeras colecciones de lo que hoy puede llamarse el estilo clásico wirrárica, que se encuentran hoy día en los museos de Nueva Cork, París y Berlín.
La producción wirrárica contemporanea es muy distinta de la que se encuentra en éstos museos. A finales de la década de 1.960, el “psicodélico” arte wirrárica experimentó un verdadero boom, y surgieron centros de producción en Tepic, Zacatecas, Puerto Vallarta, Guadalajara, ciudad de México y Monterrey. En ellos se produjeron los cuadros de estambre.
La ejecución técnicamente correcta de estos cuadros requiere una absoluta maestría. Sobre una tabla de madera, el artista extiende una capa de cera de Campeche de medio milímetro de grosor, perfectamente uniforme. Sobre ella ejecuta el cuadro, pegando hilo de algodón de colores, a modo de líneas de lápiz y relleno de pintura. Si la capa de cera fuera demasiado gruesa, los hilos se hundirían, y si fuera demasiado fina, se despegarían.
Pero la maestría no es la única faceta de los cuadros de estambre. En el mundo del arte contemporáneo, éstos han alcanzado la categoría de obras artísticas. Aunque el arte wirrarika, por pertenecer a la práctica religiosa de un pueblo indígena, tiene dimensiones diferentes a las del arte contemporáneo que normalmente se contempla en los museos o galerías, las obras de los artistas wirraritari son aceptadas y reconocidas en esta escena del arte.
Su aparición en éste ámbito planteó numerosas interrogantes sobre la naturaleza de un arte chamánico. Expertos en la cultura wirrárika, como Johanes Neurath y Juan Negrín, explicaron al mundo del arte que para descifrar las peculiaridades del arte wirrárica, es necesario que los cuadros de estambre no sean considerados como imágenes, sino como dioses.
Las obras de los wirraritari que no logran penetrar en el universo de lo sagrado, se caracterizan por un “horor vacui”, producto del frenesí ritual y de la repetición. Pero a pesar del evidente peligro de caer en los estereotipos del mercado del arte, muchos artistas wirraritari han logrado trascenderlos, y nos revelan visiones profundas sobre la esencia de lo bello y lo sublime.
Los wirraritari se caracterizan por haber sabido defender su cultura ancestral de manera muy peculiar: habiendo mantenido desde el siglo XVI hasta nuestros días una constante  lucha por sus tierras y la preservación de sus tradiciones, han evitado caer en un afán de conservación que terminaría por petrificar su cultura. Por el contrario, mantienen una tradición viva y dinámica, con formas de expresión artística que ha desarrollado resultados sorprendentes, ya que su arte tiende a la creación de lo nuevo y a la expresión de experiencias individuales.
A diferencia de los creadores que se inspiran en estilos étnicos para recuperar una intuición estética que se supone perdida, o incluso de los creadores del renacimiento, que recrearon el arte grecorromano, el arte wirrárica preserva la antigüedad mexicana sin rupturas ideológicas y trasciende la imitación de lo prehispánic, al mismo tiempo que se expresa con un lenguaje contemporáneo.
No se trata de una semejanza experiencia formal o estilística con el lenguaje prehispánico, sino que las imágenes son producto de la búsqueda de visión que practica el artista. Aunque éstos cuadros por lo general no se ofrendan en los lugares sagrados, su proceso de creación se asemeja al que experimenta el aprendiz de un chamán para obtener nierika. Se trata de una experiencia visionaria que se encuentra en el límite entre la muerte y el renacimiento, y requiere un gran esfuerzo.
La” luz”, el “retoño”, no son algo dado, sino que requieren una búsqueda continua por parte del artista, que logra crear un mundo con su fuerza mágica visionaria. Sin éste esfuerzo, solo quedarían la oscuridad y el caos.
En los cuadros de estambre no existe una diferencia entre significado y significante. Para los wirraritari, arte no es “representación”. Los artistas que han obtenido nierika van más allá del dualismo. Conocer a los dioses, para los iniciados significa convertirse en ellos. Cada obra es un ente poderoso con voluntad propia. Se trata de dioses que están creando el universo en el momento mismo que se revelan en la obra.

miércoles, 1 de febrero de 2012


COMER SIN SAL

Según la tradición wixaritari, la naturaleza y tarea de los seres humanos consiste en avanzar hacia su integración consciente con el infinito. Para conseguirlo, practican ciertas técnicas, como alimentarse sin sal durante largos periodos, normalmente durante un año, tres o cinco.
Los wixaritari consideran que el Ayuno Sin Sal es un camino de transformación, para quitarnos la venda que nos impide ver la realidad. Mientras realizan este trabajo viven en la cima de la montaña, en el mundo de los dioses.




Llevo tres años aprendiendo sobre las costumbres y creencias de los wixaritari. He practicado durante un año la técnica wixárica de comer sin sal.
El presente documento relata ésta experiencia. Se puede considerar la narración de un viajero que ha vivido en un lugar muy diferente a su país de origen. Aunque después haya vuelto, ya no seguirá siendo el mismo.
Todavía lo añora, y cuenta las maravillas que allí ha visto, buscando tender un puente entre ambos mundos, aunque para comunicar una experiencia que va más allá de lo racional, deba narrarla en muchos momentos desde la subjetividad más absoluta.
En la presente obra “Comer Sin Sal” me veo obligada en muchas ocasiones a dar una interpretación personal sobre las costumbres e ideología wixárica. Sin embargo, para aportar mayor claridad a quienes desean diferenciar entre la parte subjetiva del relato y la transcripción literal de la tradición wixárica, recogida a través de las palabras de Matzihua, en el presente texto éstas últimas van resaltadas en negrita.


VIVIENDO EN LA CIMA DE LA MONTAÑA


Antes de comenzar el Ayuno Sin Sal, es necesario preparar una pequeña infraestructura. Por ejemplo, encargar el pan a alguna panadería artesana, y congelar varios kilos, porque el “pan sin sal” comercial a veces lleva un poco de sal. Hay que deshacerse de algunos de los productos que guardábamos en la despensa, y al comprar en el supermercado, tenemos que mirar bien las etiquetas de los alimentos, porque la mayoría contienen sal.
Al principio es mejor no complicarnos mucho con los menús, y comenzar sin miedo con platos muy sencillos. Poco a poco nuestro cuerpo nos indicará lo que necesitamos, y sabremos como mezclar los ingredientes. Las especias y las hierbas aromáticas nos pueden ayudar a cocinar comidas muy ricas que no llevan sal sal, y en internet podemos encontrar recetas sin sal.
No se puede comer nada fuera de casa, para controlar mejor lo que comemos, por lo que la vida social prácticamente desaparece. Pero ésta situación nos ayuda a entrar al estado de introspección necesario para sumergirnos en una nueva realidad.
La comida sin sal pierde gran parte de su atractivo. No llena ni satisface. Pero, según mi experiencia, no importa demasiado, porque ese placer que antes percibíamos se transforma en felicidad, libertad, ingravidez. El recuerdo de los platos con sal nos recuerda un lugar desagradable y absurdo.
Desde el segundo mes del Ayuno Sin Sal, los seres y objetos que nos rodean se perciben de manera muy diferente, con una gran transparencia. El aire es muy limpio. Desaparece una especie de neblina, como si nos pusiéramos las gafas. El entorno pierde densidad. Uno tiene la sensación de ser invisible.
Se aprecia más el aspecto tridimensional de los objetos. Al mismo tiempo se podrían describir como sensaciones. Sentimos su esencia o naturaleza. Por ejemplo, un túnel de árboles es y significa un-túnel-de árboles. No es bonito ni feo, bueno ni malo. Es fresco y sombrío, está aquí por algo, es el paso entre dos lugares determinados. Se siente cierta indiferencia a la vez que emoción por éste milagro único. Las sensaciones son tan sutiles que yo seguramente hubiera disfrutado de éste nirvana sin pretender comprenderlo ni explicarlo.
Probablemente al terminar el régimen sin sal lo hubiera olvidado. Pero Matzihua me ha pedido que le explique lo que siento. Me ha costado mucho trabajo poner en orden mis sensaciones y convertirlas en ideas. De manera que he necesitado plasmarlas por escrito.
Para comprender mejor este lugar o estado mágico, he recurrido a comparar mis percepciones con las que viven los wixaritari mientras realizan el Ayuno Sin Sal. Con ésta finalidad he analizado el significado de algunas de las diversas palabras que en lengua wixárica sirven para nombrar la cima de las montañas, el mundo de los dioses.
Estos nombres son sinónimos, aunque cada uno posee sus propios matices: Hiriyapa, Xiutilipa, Bebelipa, Eakabipa, Ipapáripa, Turahiri, Hiri Makuyuevi, Wamoubiery Makukate, Mubiery Utatáripa, Tutú Mashutú, y Hiri Mantiashe.
Hiri Yapa significa cima de la montaña, el lugar donde viven los dioses y el venado. Como las personas y cosas que hay encima de la montaña están tocando el cielo, éste lugar pertenece al espacio.
Vivir en la cima de la montaña significa cambiar la forma de percepción, vivir en otra dimensión, en la que nos sentimos a nosotros mismos y a las entidades que nos rodean como energía, o seres espirituales, aunque estos conceptos no describen adecuadamente ésta vivencia, pues lo hacen desde fuera, utilizando términos racionales.
Incluso en un lenguaje más emocional se expresa esta realidad desde lejos, porque la vivencia del Ayuno Sin Sal se caracteriza por su frialdad. Se podría decir que se trata de una experiencia diferente, o más amplia.
El aire es tan limpio en Hiriyapa, incluso la niebla es tan pura, que podemos ver la verdadera naturaleza de los elementos. Es posible sintonizar con su ser, podemos danzar con su ritmo, como los delfines nadan en el mar, siguiendo el flujo de la corriente.
Cuando alguien se expresa con sinceridad en Hiri Yapa, sus palabras llegan directamente a los elementos, pero si éstas no son sinceras no sirven de nada. En Hiri Yapa se puede conseguir que sea otorgada cualquier petición, incluso cazar al venado. Si hablamos directamente a los elementos, mirándoles a los ojos, ellos con seguridad van a oírnos.
El segundo nombre de la cima de la montaña es Eakabipa, “el lugar del viento”. Más allá de la tierra, en el espacio, existen diferentes zonas. En algunas se concentra cierto tipo de energía que forma lugares sagrados, semejantes a las constelaciones del Zodiaco.
El viento sostiene estos lugares, desde su morada en el poniente. A algunos elementos el viento se los llevó, están en el viento. Arriba hay piedras, a las estrellas las congeló el viento. El viento sostiene al universo. Si se parara un momento, las estrellas se caerían. A su vez, las estrellas sostienen al viento.
Cuando los wixaritari hablan del viento, se refieren a un tipo específico de energía, que existe a varios niveles. Por ejemplo, a nivel atómico. Según la física contemporánea, la velocidad con la que giran los electrones cohesiona los átomos. Si estos se pararan, los átomos se desintegrarían. A su vez, si no existiera el núcleo del átomo, los electrones no darían vueltas, el viento no existiría.
El tercer nombre es Hiri Makuyuevi, “montaña que muestra un color azul”, como las montañas que vemos en el horizonte. Yuevi, el color azul, pertenece al poniente, igual que Tamatsi Ekaitewari, el Hermano Viento, y Tatei Haramara, la Madre Mar. Es un color femenino. También es el nombre del color negro, la oscuridad y la noche, cuando las cosas no se diferencian entre sí.
Los elementos femeninos nacieron antes que los masculinos, son anteriores a la diferenciación de los seres, y este carácter se manifiesta a diversos niveles. Por ejemplo, la madera de los nogales nacidos en un terraplén de piedras azules posee la profundidad necesaria para fabricar con ella instrumentos musicales.
En Hiri Makuyuevi nos encontramos con nuestro inconsciente, lo que aún no ha salido a la luz, y que contiene nuestro pasado, nuestro karma.
El cuarto nombre es Wamoubiery Makukate, “exponer las plumas”. Se refiriere específicamente a las plumas azules de un tipo de urraca que vive en México. Estas plumas son de color azul oscuro tornasolado, como si el arco-iris se hubiera superpuesto sobre una superficie negra. Son muy valoradas y utilizadas por los chamanes wixaritari, porque poseen el poder de comunicar con todos los elementos.
Según la física contemporánea, tanto la luz blanca como el color negro están formados por los colores del arco-iris. El negro se forma por síntesis aditiva, cuando los colores se suman. La luz blanca se forma por síntesis sustractiva, cuando restamos unos colores a otros. Por ejemplo, si restamos al verde el color azul, queda el amarillo.
Desde la cima de la montaña se ve todo el valle , pero todo parece pequeño. Nos damos cuenta de los matices que tienen nuestros problemas y preocupaciones. Podemos conectar con ellos desde arriba, relativizándolos. En Wamoubiery Makukate no actuamos desde la necesidad, sino desde la libertad y la voluntad, más allá de la ansiedad, el miedo, la angustia…
El color azul es frío. La piedra es fría, el agua es fría, el viento es frío. Los seres humanos son calientes. La sal es caliente. Al comer sin sal nos enfriamos y nos hacemos semejantes a los elementos. Los elementos crean un muro de sal, que los separa de nosotros. Ahora estamos dentro del muro.
El quinto nombre es Tutú Mashutú, “flor que florece”. Las flores muestran colores y aspectos muy variados. La Flor florece de muchas formas.
El día tiene cinco flores, y la noche otras cinco. Cada tipo de flor corresponde a un punto del recorrido del Padre Sol, durante el día y durante la noche.
El tiempo es de colores. En la cima de la montaña brotan todos juntos. Cada momento del presente, el pasado y el futuro se abrazan, sin perder ni una nota de colorido. En Tutú Mashutú el tiempo no existe.
Desde la cima de la montaña se ven más montañas. La montaña más lejana que vemos en el horizonte recibe el nombre genérico de Hiri Mantiashe. Este es el sexto nombre que vamos a analizar.
En Hiri Mantiashe viven nuestros ancestros y los seres míticos. Sus rocas son estatuas que los elementos formaron al enfriarse. Son como los santos de las iglesias, pero muy originales y elementales. Se presentaron a los sabios en sus visiones, a veces con apariencia de santos, y así los representaron en cuadros y estatuas. Pero también se fabricaron falsas imágenes, por eso la gente dejó de creer en ellas. Poco a poco los científicos se fueron separando de Dios.
Según la física contemporánea, al principio de los tiempos la antimateria formó huecos. El dibujo formado por las constelaciones se expande desde el Big Bang alrededor de éstos huecos, manteniendo siempre la misma forma.
La energía que forma el universo se desliza, serpenteando como un fluido, repitiendo un dibujo original. Nuestro planeta Tatei Utianaka se desliza por el cielo, como un pez en el agua.
La tierra se formó a partir de fluidos que se solidificaron. Las montañas son puras aguas congeladas, son la misma agua transformada en roca, en cordilleras con forma de serpiente.
Los mitos se dibujan a sí mismos en extensos frisos y relieves. Las grietas y peñascos narran la historia del planeta hasta el momento presente. La historia de nuestro planeta es lo mismo que la historia de los dioses. Lo que está escrito en las estrellas es lo mismo que vivimos en la tierra.


EL PUNTO DE VISTA MEDICO


Según todos los informes médicos la sal es necesaria para el ser humano, pero solo en cantidades muy pequeñas, que podemos obtener con una alimentación normal, ya que muchos alimentos la contienen. No es necesario añadirles sal. Por el contrario, al comer sin sal durante un tiempo, le damos un magnífico descanso a los riñones, el corazón y el cerebro.
En muy pequeñas proporciones, el organismo precisa la ayuda de la sal para desarrollar procesos muy diversos:
- La sal regula la presión arterial.
- Regula el sueño
- Genera energía hidroeléctrica en las células
- Extrae el exceso de acidez de las células
- Absorbe los nutrientes en el tracto intestinal.
- Regula el sueño
- Genera energía hidroeléctrica en las células
- Extrae el exceso de acidez de las células
- Limpia los pulmones de mucosidad.
- Limpia la congestión de los senos paranasales.
- Es un potente antihistamínico natural.
- Aporta dureza a los huesos.
- Regula el sueño.
El organismo humano sólo necesita para su correcto funcionamiento una cantidad de sal veinte veces inferior a la que habitualmente se consume, que suele rondar los 5 gramos diarios. Esta cantidad ya se encuentra en la propia composición de los alimentos que consumimos en su estado natural.
La sal refinada prácticamente no ofrece ningún beneficio para el cuerpo. Por el contrario, es responsable de causar numerosos problemas de salud, porque contiene aditivos dañinos, como el silicato de aluminio, uno de los principales causantes de la enfermedad de Alzheimer. La única sal que el cuerpo puede digerir, asimilar y utilizar de manera apropiada es la sal marina sin procesar y la sal de roca.
En cuanto a las teorías médicas que relacionan los efectos de la sal en la alimentación humana con los estados de conciencia, existen estudios sobre la función que la sal realiza en el cerebro, extrayendo el exceso de acidez de sus células, y sobre la relación del grado de acidez cerebral con la conducta humana.
El doctor Wemmie y sus colaboradores desarrollaron un método no invasivo para detectar cambios del Ph en cerebros vivos, basándose en técnicas de de resonancia magnética por imágenes (MRI).
Sus estudios han mostrado que las proteínas que perciben la acidez son necesarias para las respuestas normales de miedo, y para el aprendizaje y la memoria. Según sus conclusiones, la disminución del nivel de sal en el cerebro, está directamente relacionado con el descondicionamiento del miedo, de lo aprendido, y de lo que recordamos.


LAS TRES ETAPAS DEL AYUNO SIN SAL


En el Ayuno Sin Sal existen tres etapas. La primera es de limpieza. La segunda etapa, de liberación, o segunda limpieza, para encontrar la verdad de sí mismo. La tercera, de sanación total, es un tiempo de cambio. La verdad es que la descripción wixaritari de estas etapas coincide completamente con mi experiencia.
La primera etapa es de limpieza. Para hacer el ayuno sin sal es necesario estar sano, porque cualquier enfermedad latente que uno tenga se manifiesta. Dada la amplia variedad de procesos corporales en los que interviene la sal, salen a la luz los puntos débiles de cada organismo.
Personalmente, viví esta primera etapa desde el tercero al quinto mes del Ayuno Sin Sal, y sentí éstas manifestaciones como parte del proceso de aprendizaje. La forma de percepción que me proporcionaba esta forma de alimentación me ayudaron a entender la relación entre el funcionamiento de mi cuerpo y mis sentimientos, y me permitieron tomar parte más activa en el proceso de transformar la enfermedad en salud.
Siento que a primeros del séptimo mes del Ayuno Sin Sal comenzó mi segunda etapa, de liberación o segunda limpieza, para encontrar la verdad de si mismo. Por esas fechas comencé a soñar por primera vez en muchos meses.
Durante la primera etapa mi inconsciente me había hablado a gritos, por medio de las molestias físicas. Cuando aprendí a escucharle, comenzó a hablarme con susurros. Los sueños me aportaban datos sobre el significado de mis sentimientos.
Comenzó un periodo de auto-análisis en la que se perfilaban con claridad sus causas y su origen. Durante varios meses siguieron viniendo sueños reveladores, que me permitieron profundizar en el análisis hasta momentos muy tempranos en mi vida.
Las escenas que aparecían en los sueños mostraban ciertos aspectos clave en mi forma personal de percibir el mundo. Al final comprendí que mis peores defectos ocultaban mis mejores cualidades. Mis poderes especiales, mi espíritu, eran precisamente lo contrario, como el reverso de una moneda. Sentí con claridad la falsedad de mis percepciones sobre un pasado que me ahogaba.
A partir de entonces, observé en mi vida diaria reacciones propias de las que antes no era consciente, o que consideraba normales e inevitables. A veces me seguían alterando los problemas diarios, pero cuando fui cambiando mis hábitos emocionales, comencé a sentirlos solo como ruidos ocasionales, superpuestos a una hermosa música de fondo.
Después de la limpieza, la luz de nuestro espíritu puede brillar y sintonizar con la luz que convierte en realidad nuestros deseos. La tercera etapa, de sanación total y cambio, comenzó en el décimo mes.
A partir de entonces se sucedieron una serie de acontecimientos que sólo puedo calificar como regalos, y que a su vez siento como pertenecientes a la tercera etapa, posterior a las dos anteriores de trabajo personal, limpieza y liberación.
En enero me invitaron a viajar a México. Llevaba años deseándolo, pero hasta el momento no había sido posible. Para hacer el viaje necesitaba fortalecer mi salud, y me encontré utilizando un recurso que anteriormente no había valorado como medio de aprendizaje: las plantas. Ellas fueron mi segundo regalo. Me mostraron “un flash” de como son y funcionan, haciendo que se desvanecieran mis ideas preconcebidas. Me sentí muy feliz y liberada ante la nueva realidad, y al recibir un canal personal de conexión con la realidad y con mi espíritu.
Sigo considerando que mis descubrimientos de la primera y segunda etapas del Ayuno Sin Sal fueron válidos y necesarios, pero ahora los siento como una capa superficial sobre un nivel más profundo. Siento que éste nivel funciona en una dimensión mágica, y que surgió “por arte de magia” durante la tercera etapa.


EL HIKURY


Dicen que “somos lo que comemos”. Los diferentes alimentos producen distintos efectos en nuestro organismo, y podemos utilizar de manera consciente unos u otros, dependiendo de nuestros objetivos.
Por ejemplo, comer sin azúcar es muy saludable para fortalecer los huesos y el organismo en general, y de hecho los wixaritari no suelen tomar azúcar ni grasas. Pero para quitarnos la venda que nos impide ver la realidad, consideran prioritario comer sin sal. Como el Ayuno Sin Sal es bastante duro, en muchas ocasiones el tomar alimentos azucarados puede suavizarlo, y ayudarnos a llevarlo a término.
Ser vegetariano puede ser muy beneficioso en el marco de ciertos sistemas de aprendizaje, para liberarse de un contexto materialista, pero en el contexto wixaritari resulta perjudicial para enfrentarse al tipo de pruebas que encontramos en éste intenso proceso de transformacion .
El Ayuno Sin Sal forma parte de un ecosistema cultural: la cultura wixárica, y debe entenderse en este contexto. Sirve para avanzar en un camino en el que el híkury es una parte fundamental.
El híkury o peyote es la planta sagrada de los wixaritari. Se trata de un pequeño cactus redondo que crece al nivel del suelo en ciertas regiones desérticas. Contiene una treintena de alcaloides. El más activo de ellos, conocido como trimethocsi fenilethylamina, se ha sintetizado bajo el nombre de mescalina.
Los wixaritari recolectan el híkury en el desierto, y prácticamente todos lo han consumido en alguna ocasión. Pueden tomarlo a cualquier edad, a veces desde la infancia, dependiendo de las señales recibidas.
Cada wixárika decide si quiere seguir consumiendo híkury, así como la cantidad y el momento apropiados para hacerlo. El aprendizaje con ésta planta puede continuar durante toda la vida y tomar diversos rumbos, según la idiosincrasia de cada persona, porque es un camino que no tiene fin.
Desde que se inician en su consumo, la percepción de la realidad, y por consiguiente, la forma de actuar en la vida diaria cambia radical e imperceptiblemente, aunque de forma diversa, dependiendo de las características de cada persona.
El nombre sagrado del híkury es Tamaspársica. Se considera que es el corazón del Padre Sol. Tenemos un solo corazón, porque el Padre Sol se convirtió en híkury y lo puso en el desierto para todos. El híkury abre el corazón. Desde la primera toma, se experimenta una enorme apertura emocional hacia los elementos de la naturaleza, y hacia nuestros semejantes.
Tamaspársica es el arco iris. Dicen que nadie puede ver directamente a Dios, porque su luz sería demasiado fuerte. Pero si podemos ver sus reflejos en el arco-iris. Cada vez que sale el arco-iris, nace un peyote.
Tamaspársica también es el venado. Como éste animal, es fuerte y sutil. Sus cuernos se conectan con el águila, quien entrega su mensaje al Padre Sol.
Desde la primera toma, de híkury, el cuerno derecho de Tamaspársica nos conecta con el mundo mítico, con lo sincrónico, y su cuerno izquierdo con lo diacrónico, con los acontecimientos que se suceden en el tiempo, y que al mismo tiempo son un reflejo o manifestación de lo que sucede en el lado derecho.

Otro nombre y connotación de Tamaspársica es Wahaury Wamoubiery, “la vela y la pluma”. Vela para ofrendar a los dioses lo que debe ser limpiado. Pluma para volar y conectar con el Cielo. Los hombres son transformados por el híkury. Ellos a su vez modifican el mundo, crean a los dioses.

martes, 2 de agosto de 2011

DESPUES DE LA CEREMONIA


Espacio abierto a quienes quieran compartir sus experiencias después de la ceremonia


Gracias por enviar vuestras imágenes y escritos


Amaya pintó éste cuadro, recordando el amanecer de la ceremonia de diciembre de 2.013. La luz y el Amor del Padre Sol
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A continuación una serie de dibujos de Fermín, sobre personajes del tarot, representados por algunos de los asistentes a la misma ceremonia, y un romance también de Fermín. 

ROMANCERO
HIMNO AL GUERRERO QUE LLEVAMOS DENTRO

Como lágrimas se escurren, entre los pliegues de la oscuridad, de las largas noches de invierno, finos hilos de claridad del sol venidero. Y aunque ausente a nuestros sentidos, la luz no ha muerto. Así, duerme y despierta, el espíritu de tu guerrero.
Nacimos para caernos, para alzar nuestra vista, y afilar el universo.  No hay destino más hermoso que levantarte en armas contra tu enemigo interno.
Nunca y siempre, escondida bajo nuestra piel, discurriendo entre los eones de nuestra realidad interior, prosigue la batalla. Y lo que ganamos en un año, lo perdemos en un sueño. Así se desgarra el espíritu entre lágrimas amargas, y se parte la esperanza en pedazos de odio y  miedo.
No hay madre, padre, amiga, amigo,  que pueda  acercarse a tu aliento. Ni hembra ni macho que con su cuerpo húmedo te dé consuelo. 
Y de ese pozo solo salimos arrastras, sin ningún mérito, con el dolor del ciclo de  muerte y nacimiento, de vigilia y sueño.
En tu interior el enemigo agazapado, espera golpearte, buscando un hueco. Entre tus sonrisas, tus miradas, tus deseos… Clava su lanza, y te penetra con sus manos. 
Atrapa un pálpito de tu esencia, condensada en el momento, y solo regurgita una despreciable caricatura de tu ego.
Te arrastra a la palestra de la muerte lenta, de la vergüenza impuesta, del pecado negro.
Es cuando solo puedes,  entre océanos de lágrimas, de dolor y sufrimiento, levantar el arma de la sonrisa, de la templanza, de la tolerancia y deshacerte del apego.
Abrazar a tus sombras, renunciando al placer del dolor, al dolor del placer. Ofrecerte a la eternidad de tu interior para comulgar con la sangre de la tierra. Pues antes de estar vivo, ya estuviste muerto.
Y siempre tener presente, escrita con sangre en tu memoria: “Este es el camino del guerrero, este es el juego eterno. Ofrecer una lágrima de conciencia  al vasto océano del  universo. “
Pues, aunque eternos, recuerda que solo somos eso. Una hermosa partícula de este loco espacio/tiempo.  



 


 

 











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